viernes, 27 de enero de 2012 | By: Grupo NTSI

La caída del gigante: Megaupload



Todos nos enteramos de una u otra manera: Megaupload, el gigante de las descargas en la web, fue inhabilitado por el FBI el 19 de Enero de 2012. El motivo fue una supuesta infracción de derechos de autor.

Este gigante de Internet, conocido por prácticamente todos los usuarios de la web, nació en Marzo de 2005 y su función era de alojamiento de archivos. Dichos archivos podían ser cargados tanto por usuarios anónimos, usuarios gratuitos o usuarios Premium, de los que Megaupload obtenía beneficios a cambio de la concesión de privilegios que mejoraban sus condiciones de descarga.

Debido a su creciente éxito, en 2010 Megaupload planteó cambios notables, tales como la creación de servicios nuevos que ampliaban sus horizontes más allá del mero alojamiento de archivos. Así nacieron Megapix (para almacenaje y distribución de fotografías); Megabox (dedicada a la venta de música); Megalive (un proyector de vídeos caseros); Megafund (focalizado en la financiación de proyectos empresariales)…
No obstante, su filial más conocida es Megavideo, que almacenaba vídeos tales como series y películas, concediendo a los internautas la posibilidad de seguir una serie o visualizar un largometraje en horarios distintos a los televisivos. Incluso permitía verlos en versión original, con o sin subtítulos.

Sin embargo, el 19 de enero de este mismo año, el portal fue clausurado por el FBI alegando infracción de derecho de autor. Es reseñable el hecho de que dicha acción generó 175 millones en gastos legales. Una nimiedad comparada con los 500 millones de dólares que el gobierno alegaba haber perdido por los derechos de autor. Dichos datos los dio a conocer el Departamento de Justicia de Estados Unidos.

Los directivos de Megaupload fueron detenidos, incluyendo también a su fundador, Kim Schmitz, más conocido como Kim Dotcom. Todos ellos se enfrentan a una pena de 50 años en prisión.
Como protesta tanto al cierre de la página como de la detención de los directivos, millones de usuarios alrededor del mundo llenaron la página de Facebook del FBI con la consigna Megaupload is free (Megaupload libre). Como respuesta, este organismo cerró la página sin previo aviso.
Pero no queda ahí la cosa: el colectivo hacktivista conocido como Anonymous fue más allá, provocando la caída de varios sitios web, entre ellos el del Departamento de Justicia de EEUU, el de Universal Music Group y el del FBI. Además, también se filtraron los supuestos datos personales del director del FBI, Robert S. Mueller y de su familia. Por último, Anonymous también creó una página web en la que encontramos toda la discografía y filmografía que ha patrocinado Sony, siendo éstos de libre descarga.

Las opiniones y especulaciones son muy variadas. Hay quien ya habla de la World War Web, y otros simplemente prefieren esperar hasta que surja un nuevo servidor similar a Megaupload.



 Independientemente de las posiciones, la situación se ve azuzada por nuevas leyes que no hacen más que avivar las llamas de la disputa. Hablamos, por supuesto de la SOPA, equivalente norteamericano a la española ley Sinde. SOPA, siglas de Stop Online Piracy Acts, ley que, finalmente, fue retirada debido a la fuerte presión que ejercieron los internautas.

Parece ser que nunca sabremos si Kim Dotcom era un infractor de las leyes o un pionero del material en la web. Lo que ha afirmado es que el servicio de Megabox sería un competidor directo de itunes, que se saltaría las discográficas para competir directamente con este otro gigante. Explicó que habría firmado incluso acuerdos con Amazon y habría dotado a los músicos con el 90% de los beneficios de las descargas.
Los más osados afirman que sonaba demasiado bien para una industria tan llena de intermediarios, y que fueron las propias discográficas las que movieron los hilos e iniciaron los planes de operación de su cierre. Por el momento, no sabremos si Megaupload tendría la clave para cambiar la industria musical. Lo que sí ha quedado en evidencia, es que el modelo actual de venta de contenidos por Internet peligraba gracias al nuevo servicio de Megabox.





En cualquier caso, World Web War o detención de infractores de la ley, deberíamos siempre tener presente una cita de Mafalda, que ya entonces odiaba la sopa:


“¿No será acaso que esta vida moderna está teniendo más de moderna que de vida?”



 ***


David Arroyo 
Grado en Periodismo
@Furey93